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PoeKas en el Libertad 8
Lunes 12 de mayo; (lunes, mal día para quedar), no hace mala tarde, pero los lunes son siempre fríos.
Esta plaza no es nueva para PoeKas, en esta ocasión son tres, Elena, Ernesto y Miguel, la publicidad no ha surgido mucho efecto y el local, refugio y vanguardia intelectual de Madrid, no presenta una gran entrada, (¿estarán en Las Ventas?). Es igual, el ambiente es bueno; como siempre, se respira camaradería y buena literatura.
A las ocho, más o menos, Elena comienza la faena. Como casi siempre presenta el Acto presenta al Grupo, presenta la Tertulia y presenta a los compañeros del evento para esta ocasión.
Dos personas llegan tarde, parece que sí, que vienen al recital; cinco se van: un grupo de jóvenes féminas apresuran su marcha casi a escondidas, (lunes, escuchar poesía puede ser duro para unos oídos inhabituados, ellas se lo pierden).
Ernesto López abre la terna. Si Sinatra era la voz, Ernesto López es la voz de la poesía, (después de Paco Valladares, se entiende). Su buen hacer literario y sus dotes teatrales encandilan al público, (no mucho pero bueno, y entregado). Tres, cuatro poemas, y una grata variedad, un poema recitado sólo con sonidos. En Libertad 8 se instaló durante unos breves instantes un bosque sonoro, evocador, (con los ojos entornados y el oído atento nos dejamos llevar...) ¡Bravo!
Miguel Pastrana, saber literario para repartir a raudales. Recita, bebe, bebe y recita (ese Ribera del Duero embriaga el ambiente de lírico mosto). Con el primero nos convence, con el segundo intentamos aplaudir (público entregado, ya lo dije, ...poco pero bueno), intenta detenernos, lo consigue. En el tercero no puede ¡aplaudimos!, aplaudimos sus sabios versos y su recitación sosegada, ligero siseo que acompaña y complementa ese trasiego en el puerto de vida, trabajo y poemas. ¡Perfecto!
Elena Moratalla, si alguien vive por y para la poesía es ella. Arrastra experiencia y trabajo de varios años (parte del público presente está por ella, se lo merece). Llega otra pareja. Parece que se quedan. La rubia no está mal, ...pero está acompañada, (yo sigo con la mía, rubia, clara, en copa, sobre mi mesa...) La poesía de Elena es transparente; sus sentimientos, sus vivencias. La crónica de su día a día transformada en poesía. Llega al final y se desnuda ... literariamente ante todos, y nos compromete con su último poema. Entre sonrisas y callados nos miramos. ¿Quién en algún momento, no buscó pareja, igual que propuso ella? ¡ Gracias cielo !
josé a. sánchez 13-05-2008 (las 00:37 , mala hora para escribir crónicas)
Esta plaza no es nueva para PoeKas, en esta ocasión son tres, Elena, Ernesto y Miguel, la publicidad no ha surgido mucho efecto y el local, refugio y vanguardia intelectual de Madrid, no presenta una gran entrada, (¿estarán en Las Ventas?). Es igual, el ambiente es bueno; como siempre, se respira camaradería y buena literatura.
A las ocho, más o menos, Elena comienza la faena. Como casi siempre presenta el Acto presenta al Grupo, presenta la Tertulia y presenta a los compañeros del evento para esta ocasión.
Dos personas llegan tarde, parece que sí, que vienen al recital; cinco se van: un grupo de jóvenes féminas apresuran su marcha casi a escondidas, (lunes, escuchar poesía puede ser duro para unos oídos inhabituados, ellas se lo pierden).
Ernesto López abre la terna. Si Sinatra era la voz, Ernesto López es la voz de la poesía, (después de Paco Valladares, se entiende). Su buen hacer literario y sus dotes teatrales encandilan al público, (no mucho pero bueno, y entregado). Tres, cuatro poemas, y una grata variedad, un poema recitado sólo con sonidos. En Libertad 8 se instaló durante unos breves instantes un bosque sonoro, evocador, (con los ojos entornados y el oído atento nos dejamos llevar...) ¡Bravo!
Miguel Pastrana, saber literario para repartir a raudales. Recita, bebe, bebe y recita (ese Ribera del Duero embriaga el ambiente de lírico mosto). Con el primero nos convence, con el segundo intentamos aplaudir (público entregado, ya lo dije, ...poco pero bueno), intenta detenernos, lo consigue. En el tercero no puede ¡aplaudimos!, aplaudimos sus sabios versos y su recitación sosegada, ligero siseo que acompaña y complementa ese trasiego en el puerto de vida, trabajo y poemas. ¡Perfecto!
Elena Moratalla, si alguien vive por y para la poesía es ella. Arrastra experiencia y trabajo de varios años (parte del público presente está por ella, se lo merece). Llega otra pareja. Parece que se quedan. La rubia no está mal, ...pero está acompañada, (yo sigo con la mía, rubia, clara, en copa, sobre mi mesa...) La poesía de Elena es transparente; sus sentimientos, sus vivencias. La crónica de su día a día transformada en poesía. Llega al final y se desnuda ... literariamente ante todos, y nos compromete con su último poema. Entre sonrisas y callados nos miramos. ¿Quién en algún momento, no buscó pareja, igual que propuso ella? ¡ Gracias cielo !
josé a. sánchez 13-05-2008 (las 00:37 , mala hora para escribir crónicas)
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